Es lunes por la mañana temprano, la cimentación nos está esperando. Esta es la última obra en la que haremos una cimentación tradicional de hormigón. De ahora en adelante usaremos un sistema de pilotes metálicos atornillados al terreno, que es una solución más respetuosa con el entorno.
Después de haber descargado el primer viaje de material en la parcela, se comienza replanteando sobre la cimentación las vigas del suelo, para posteriormente atornillarle las bases metálicas regulables en altura. Esto es muy importante para garantizar que la estructura no está en contacto directo con la cimentación.
Ya tenemos ensamblada sobre la cimentación las vigas del suelo. Ahora hay que realizar un proceso que aunque no es complicado, requiere atención, paciencia, cuidado y precisión. Si se realiza correctamente hará que el montaje de todos los elementos posteriores se realicen de manera suave y exacta.
El primer paso es comprobar de que las vigas que conforman las cuatro esquinas de la casa están totalmente perpendiculares. Esto se consigue fácilmente con una cinta métrica asegurándose que las dos diagonales que conforman un lado de la casa, miden exactamente lo mismo. La precisión tiene que ser al milímetro. Si es necesario hay que darle golpecitos delicados a alguna de las vigas hasta que las diagonales sean exactamente iguales.
Después de tener la planta perfectamente rectangular, hay que asegurarse que las vigas están en un plano totalmente horizontal. Para ello utilizamos el nivel del agua. Viga a viga se van regulando los apoyos metálicos hasta que estén perfectamente horizontales.
Puede ocurrir que al variar el nivel de una viga, afecte ligeramente al replanteo, por lo que habría que volver a comprobar la perpendicularidad de las vigas y el nivel de las mismas. Hay que repetir este proceso hasta que se compruebe que la base está perfecta tanto en horizontalidad como en perpendicularidad.
Al estar la estructura del suelo perfectamente replanteada, tenemos la recompensa de que las viguetas encajan sin ningún problema, dando una gran rigidez a la plataforma inferior.
Ahora hay que sujetar todas las bases metálicas a la cimentación mediante unos anclajes mecánicos, para asegurarse de que no se moverá el suelo de la vivienda. En este tipo de construcciones el problema más importante se puede producir por la succión del viento, por lo que es vital tener perfectamente sujeta la vivienda a la cimentación.
Una vez que tenemos perfectamente replanteada y asegurada la base al suelo, atornillamos todas las viguetas a las vigas. Conseguimos un estructura de suelo totalmente rígida, preparada para soportar todos los elementos constructivos que van a encajarse en ella.
Ahora colocamos el tablero inferior del forjado de suelo. Se trata de un tablero fenólico de 10mm, material preparado para resistir sin problemas los ambientes exteriores. Estos tableros se encajan entre las viguetas y se atornillan a sus alas.
Lo normal sería rematar la colocación de todos los componentes del suelo, tablero inferior, aislamiento de suelo y tablero superior. Como hasta mañana no tenemos una pieza de madera que sirve de apoyo intermedio para las viguetas, modificamos el orden natural de colocación. Para avanzar se colocan los pilares de la estructura en todo el perímetro.
Vamos colocando el aislamiento sobre el tablero inferior. Se trata de 15cm de lana de roca.
Después de la lana de roca, se coloca el tablero superior del forjado, atornillándose a las viguetas del suelo. Se trata de un tablero de OSB de 22mm, que da una enorme rigidez al forjado de suelo.
Bueno, ha sido un día muy caluroso. El trabajo lo han realizado dos carpinteros y un asistente. Por hoy vamos a parar con el montaje y continuaremos mañana por la mañana.
Para finalizar la descripción del trabajo realizado este primer día, dejamos dos videos donde se muestra todo el proceso de manera continua.