Una vivienda en un pueblo de la sierra madrileña

Nos han encargado una casa en una parcela donde resulta difícil imaginarse una vivienda.

 

El pueblo es pequeño y para llegar al terreno se baja por una calle con una pendiente muy pronunciada. La entrada a la parcela es estrecha y no se puede apreciar todavía la dimensión de la finca.

 

La parcela tiene una forma y acceso difícil, con una entrada estrecha que no te permite apreciar la finca hasta que recorres el corredor de entrada.

La finca tiene una pendiente considerable, dando a la parte trasera de varias casas y con una medinera pegada en el lado oeste. La primera impresión nos deja un poco desorientados.

La parcela es muy complicada y no se encuentran elementos que sirvan como guia o que den alguna pista que ayude a saber donde situar la vivienda y como plantearla.

Después de un tiempo recorriendo el terreno, empezamos a descubrir elementos interesantes  que  estaban escondidos entre la maleza. A lo largo del lindero noreste la parcela tiene un muro de piedra que lo recorre de arriba abajo. Al separar la maleza se puede apreciar su belleza y su futura presencia, pues en algunos tramos tiene una altura de un metro pero en otros de más de dos metros. Además vemos que hay un volumen bastante grande de piedra, restos de una antigua edificación, que está ahi para poder utilizarlo.

Al recorrer con más tranquilidad el fondo de la finca descubrimos que tiene un gran potencial. Hay dos muros de piedra de gran belleza con unos arboles al fondo. Después de limpiar y cuidar todos los elementos, se puede conseguir una hermosa vista creando un entorno acogedor.

Ahora vemos el terreno con otros ojos. Lo que al principio nos parecía unas traseras como un fondo de saco, ahora lo vemos como la posibilidad de crear un mundo propio y tranquilo en el centro del pueblo.

La propia finca nos indica donde colocar la casa, pues situamos la vivienda enfrentada a la medianera oeste dejando un paso entre ellas, para que el acceso a la vivienda se realice desde la parte trasera. De esta manera anulamos la presencia de la medianera en la finca. Creamos dos cotas, una en la zona de entrada donde se dejará el coche y será mas bien una zona de servicio y a una cota superior donde se colocará la casa y la zona trasera de la misma, que es a donde se volcarán los espacios principales de la vivienda. Ahora el espacio creado entre la casa y los muros de piedra del fondo, sera el rincón secreto de los habitantes de la casa. Lejos de las miradas y del ruido de la calle.

Se aprovechara toda la piedra que hay en el terreno para arreglar parte de los muros actuales y para montar unos muros nuevos de piedra donde se apoyará la casa. El resto de la piedra se aprovechara para colocar en el suelo de la finca y para crear algún espacio relajante tal como nos han mostrado algunos jardines japoneses.

Vamos a comenzar la fabricación de la casa.